¿Has pensado alguna vez en trabajar en recuperación de fauna silvestre? Sin duda, es el sueño de muchas personas, tengan o no tengan estudios relacionados con la conservación de la fauna y la naturaleza. Porque la sensibilidad hacia la conservación de la fauna silvestre es algo que muchos compartimos y poder participar directamente de ello es sin duda gratificante. Te doy 6 razones para trabajar en un centro de recuperación de fauna silvestre.
Lo que es un centro de recuperación de fauna silvestre y lo que no es
Antes de empezar con las 6 razones, tienes que saber que un centro de recuperación de fauna silvestre es un lugar donde se mantiene a animales silvestres TEMPORALMENTE hasta que puedan sobrevivir por sí solos en su medio natural. Esto implica:
- Que no es un lugar de acogida de animales que la gente abandona.
- Alimentarlos, limpiar sus instalaciones y darles cuidados veterinarios
- Evitar al máximo el contacto con las personas.
Este último punto es MUY importante. Los animales silvestres son justamente eso: silvestres, en el sentido de lo contrario a domésticos (silvestre no es sinónimo de agresivo, cosa que no quita que algunos sí lo sean).

Olvídate de esas fotos tan monas en Instagram con gente posando con tigres, tocando elefantes y con un mono en brazos: probablemente sean animales maltratados. Por no hablar de fotos con zorros, esa “tortuga que estaba perdida” o el “pobre pollito” de águila que cayó del nido. Además de poco ético, en muchos casos es ilegal.
Si la manipulación no la hace una persona experta con algún fin profesional, los animales silvestres tenemos que dejarlos donde están. A menos que estén heridos y entonces llames al 112 o contactes directamente para que vengan a recogerlo.
¿Ha quedado claro? Pues vamos con las 6 razones.
1. Tu oficina será la naturaleza
Imagina que ya estás trabajando en el centro de recuperación de fauna ¿Hueles ese olor a tierra mojada por la lluvia (que se llama petricor) a primera hora de la mañana al llegar al trabajo? Nada que ver con los hedores varios del transporte público o el de la moqueta del despacho, ¿verdad?
¿Y esa brisa en la cara cuando sales a dar de comer a ese halcón peregrino que está re-aprendiendo a volar? Esto es vida.



Muchos de estos centros suelen estar en plena naturaleza. Gran parte del trabajo es al aire libre. Además, donde trabajé había dos instalaciones cercanas que también tenía que revisar (ir a dar de comer y controlar tejones). Esto implicaba caminar por el bosque (y con suerte, avistar algún jabalí).
Aunque también hay trabajo de interiores: laboratorio, enfermería, etc. Si sientes esa felicidad y libertad trabajando tanto fuera como dentro, éste podría ser tu sitio.
Eso sí, las condiciones meteorológicas no siempre estarán de tu parte. Aún recuerdo cómo se me cuartearon las manos del frío y lo complicado que es moverlas a pocos grados de temperatura. Acabar la jornada con la ropa chorreando por la lluvia. O ese moreno prematuro con riesgo de insolación en pleno verano.
Pero sarna con gusto, no pica (dicen).
2. Aprenderás sobre muchas especies distintas
Tejón, zorro, halcón peregrino, cárabo, alimoche, azor, tortuga mediterránea, autillo, víbora, ardilla, águila, jabalí, iguana, gaviota… son solo algunas de las especies con las que trabajé. Cada una con su manera particular de tratarla, sus técnicas de manejo, su manera de limpiar sus instalaciones, sus cuidados veterinarios, su rehabilitación, su alimentación… (dar biberón a una cría de ardilla, ¿qué te parece?).
Como ves, mucha diversidad y con la sorpresa de nunca saber cuál será la siguiente especie que llegará que necesitará de tus cuidados. Y con la variedad de estar preparando el alimento y al cabo de un rato analizando bajo el microscopio músculo de jabalí en búsqueda de parásitos.
Cada día es distinto, aun haciendo el mismo tipo de trabajo.



3. Harás cosas que a la mayoría de la gente le resultan asquerosas
Casualmente hace dos días mi amiga Núria que acaba de conseguir trabajo en un centro de recuperación de fauna me mandó un audio:
Es un poco duro el trabajo porque hay que hacer cosas un poco asquerosas, como pelar ratas, triturar carne de rata o “cosas así” -gusanos de la harina- para dárselo a los bichos. Pero bueno, es muy gratificante.
Efectivamente: lo que harás la mayor parte del tiempo es limpiar las instalaciones (quitar mierda, hablando en plata), preparar comida y dársela a los animales. Y claro, ¿qué comen las aves rapaces y serpientes? ¿Y los insectívoros? Exacto. ¿Y qué hay que hacer con las presas de rapaces y serpientes, para que no hagan daño al animal que se está recuperando, antes de dárselo? Pues eso.
No todo iba a ser cortar verduras para las tortugas o dar biberones a ardillitas.
Pero ese elevado porcentaje de tiempo haciendo cosas no siempre agradables, supera con creces los momentos en los que un animal se recupera gracias a tus cuidados y a los del resto del equipo.



4. Aprenderás a aceptar la muerte como parte de la vida
Es inevitable. Más de un animal se va a morir, por muchos esfuerzos y recursos que se hayan puesto en él. Algunos por la gravedad de sus heridas, otros, sin razón aparente… de un día para otro. Es frustrante, pero hay que focalizar la energía en los animales que sí se recuperan.
Pero quizá lo más duro a lo que te enfrentes son las eutanasias. Anestesiar al animal, esperar a que se duerma, inyectar la eutanasia y comprobar con el estetoscopio que el corazón cada vez va más lento hasta dejar de latir.
La primera vez, para mí, fue una sensación muy impresionante. Una iguana con la mandíbula destrozada por un perro. Una gaviota con heridas en las alas infestadas de gusanos. Un jabalí enorme, atropellado por un tren en una cuneta llena de barro y bajo la lluvia.



Aun así, hay que pensar que evitamos un sufrimiento innecesario a animales por los que ya no se puede hacer nada. Por lo que tu relación con la muerte puede que cambie, para bien.
5. Participarás en otros proyectos
Algunos centros de recuperación no solo se dedican a dar cuidados a animales que lo necesitan. Por ejemplo, también crían y reintroducen a la naturaleza especies en peligro de extinción o con poblaciones de pocos individuos.
¿Y qué pasa con los animales irrecuperables? Algunos centros también hacen educación ambiental, y esos animales suelen ser el ejemplo de las consecuencias de nuestros actos (disparos, basuras, expolio de nidos, mascotismo, amputaciones, etc. etc. etc.)
6. Sentirás algo inexplicable cuando liberes un animal recuperado
Parece tópico, pero no sé explicarlo con palabras. Cuando después de un tiempo de cuidados el animal está listo para volver a la naturaleza, la preparación del dónde, cómo y cuándo se hará la liberación es emocionante. Sin querer, ya forma parte de ti y sabes que, aunque no te vaya a agradecer nada (a no ser que seas Jane Goodall), has hecho algo que te llena. ¿Y cómo vas a explicar eso? ¿Acaso se puede explicar lo que es el amor?
Lo de Jane Goodall lo digo por el vídeo tantas veces viralizado pero no por eso menos emocionante:
Pero eso, no esperes ni desees que eso te pase a ti (además, estos chimpancés son liberados en un entorno controlado porque por sí mismos no sobrevivirían en la selva “de verdad”, están demasiado humanizados o traumatizados).
Habitualmente los animales con los que más se trata son rapaces, así que el momento de liberarlos para mí fue la representación perfecta de la libertad. Su ansia al volar al salir del transportín, hasta desaparecer…
Foto de portada: Lobo ibérico (Canis lupus signatus). Foto: Mireia Querol Rovira
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Buenas!
Estaba buscando info porque me hablaron de un curso sobre este tema y tu info me ha sido de ayuda. La verdad es q me gustaría darle un giro a mi situación, q no es mala, pero harto ya de tratar con gente. Y cada día veo q los animales me llenan más., con lo q esta información me ha sido muy útil.
Es necesario tener algún tipo de formación para trabajar en un centro así o relacionados?? Porque leí sobre unos cursos y no sé hasta q punto tienen validez o salida laboral.
Muchas gracias de antemano !
Saludos.
Hola Esteban,
me alegro que te hay servido.
Para que tengan un poco de validez o por lo menos los reclutadores te miren con otros ojos, estos cursos deberían incluir prácticas en centros de recuperación. En España no hay ningún estudio homologado, ni si quiera auxiliar de veterinaria, que es lo que me permitió a mí hacer las prácticas en un centro. Eso sí, si vienes de un mundo laboral que no tiene nada que ver, si te lo recomiendo, aunque sea por tu propio aprendizaje y que los que leen CV vean que sabes del tema o por lo menos te has interesado en él. Creo que el centro de estudios CIM tenía uno de estos cursos.
Otra opción es hacer voluntariado en alguno de estos centros para coger la experiencia necesaria. No sé de dónde eres, pero en GREFA (madrid) parece que hay siempre bastantes vacantes, échale un vistazo.
¡Cualquier otra cosa ya sabes dónde estoy!
Suerte 🙂
Gracias!
Investigaré sobre el tema 😉👌🏽