El Día de las Especies Amenazadas se celebra anualmente cada tercer viernes de mayo. Miles de personas de todo el mundo participan tomando medidas para proteger las especies amenazadas y en peligro de extinción.
Aunque estamos muy acostumbrados a oír estos conceptos, ¿sabemos lo que significan? ¿Quién define los criterios para que una especie esté «amenazada» o «en peligro» y quién se encarga de su seguimiento?
Este artículo ha sido escrito por Silvia G. Suárez, PhD de la Escuela de Ciencia del Mar de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (Chile).
Puedes leer una versión en inglés en: Life on the edge: whats does it mean to be an endangered species?
La Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)
La evaluación del riesgo de extinción de las especies se basa en la metodología de la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). La UICN es la mayor y más antigua organización mundial de protección del medio ambiente, fundada en 1948, y actualmente está presente en más de 160 países de todo el mundo.
La Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN es una herramienta exhaustiva y objetiva para medir el estado de la biodiversidad en el planeta. Define el estado de conservación de las especies según su riesgo relativo de extinción (es decir, indicando si la especie sigue existiendo y qué probabilidad tiene de extinguirse en un futuro próximo) para definir las acciones, proyectos y decisiones políticas de conservación necesarias.
Para determinar si son necesarias actividades de conservación prioritarias para mejorar el estado de una especie, también se tienen en cuenta los siguientes factores:
- Viabilidad económica y la probabilidad de éxito de las acciones de conservación.
- Existencia de acuerdos internacionales.
- Efectos que tendría la desaparición de la especie sobre la población mundial y su importancia ecológica, filogenética, histórica y cultural.
¿Qué especies se evalúan?
Se calcula que hay entre 8 y 15 millones de especies en el planeta, ¡pero sólo conocemos unos 2 millones! Por tanto, no es posible estudiar y categorizar la totalidad de taxones y especies existentes en el mundo. De hecho, incluso muchas de las especies conocidas aún no han sido evaluadas por falta de información.
Por este motivo, la Lista Roja se basa en el estado de los vertebrados superiores (mamíferos, aves y anfibios) siguiendo el concepto de «barómetro de vida«. Esta idea concluye que evaluando y supervisando el estado de conservación de unas 160.000 especies, podemos determinar el estado general de la biodiversidad en el planeta a lo largo del tiempo.
Hasta la fecha, se han evaluado más de 150.000 especies para la Lista Roja de la UICN. Aunque se trata de un logro increíble, aún quedan 10.000 más para alcanzar este objetivo.
Esto nos lleva a la pregunta de qué puede (y qué no puede) evaluarse realmente e incluirse en la Lista Roja.
¿Qué puede incluirse en la Lista Roja de la IUCN?
– Todos los taxones descritos (especies, subespecies, variedades) pueden ser evaluados.
– Las especies no descritas sólo pueden evaluarse si existe una descripción científica en curso, hay información sobre su área de distribución geográfica y su evaluación sería beneficiosa para su estado de conservación.
– Especies introducidas: sólo se incluyen en la Lista Roja las poblaciones silvestres introducidas con fines de conservación. Las imágenes al final de este apartado muestran dos ejemplos de translocaciones exitosas (movimientos y liberaciones de especies con un claro objetivo de conservación). Las especies introducidas fuera de su área de distribución natural con fines distintos de la conservación del medio ambiente no pueden evaluarse.
– Los microorganismos no pueden evaluarse.
– Las poblaciones cautivas no se evalúan.
Las evaluaciones de especies pueden realizarse con un enfoque global o regional. La idea principal de la Lista Roja es evaluar la mayor superficie y número posible de especies en todo el mundo, pero a veces también es vital el estudio de poblaciones más pequeñas. Por ejemplo, el seguimiento del estado de conservación de especies endémicas (que habitan un lugar geográfico definido) es fundamental para garantizar la buena salud de la biodiversidad del planeta.


Clasificación de las especies
Para clasificar las especies, el primer paso consiste en recopilar y analizar toda la información posible sobre la especie en cuestión, como su biología, ecología, taxonomía, etc.
El siguiente paso es el análisis de la información recopilada, que implica la evaluación del estado de conservación de las especies. De este proceso se encarga la comunidad científica, comités evaluadores y revisores. A veces, también participan otros colaboradores, autoridades y gestores de proyectos de investigación de todo el mundo.
En este proceso, los datos se miden con respecto a los criterios de la UICN para la inclusión en la lista de especies amenazadas, que -entre otras cosas- consisten principalmente en seis indicadores clave:
- Sus tendencias poblacionales (el aumento o disminución general de la población a lo largo del tiempo),
- El tamaño de la población (número de individuos existentes),
- La estructura de la población (número de individuos por edad)
- El área de distribución geográfica,
- La disponibilidad de los hábitats necesarios
- Sus amenazas reales y potenciales.
El estudio de cómo cambian o han cambiado estos factores a lo largo del tiempo, teniendo en cuenta las características biológicas de las especies y las amenazas a las que están sometidas, es lo que determina su clasificación.
Las categorías de clasificación de la Lista Roja de la IUCN
Tras la evaluación, las especies se clasifican en 9 categorías, en función de su riesgo relativo de extinción. Las categorías de clasificación de las especies son:
- Extinta (EX): No hay duda razonable de que el último individuo ha muerto.
- Extinta en estado salvaje (EW): Sólo se sabe que sobrevive en cautividad, cultivo o muy fuera de su área de distribución natural.
- En peligro crítico (CR): Se enfrenta a un riesgo extremadamente alto de extinción en estado salvaje.
- En peligro (EN): En riesgo muy alto de extinción en estado salvaje.
- Vulnerable (VU): Se enfrenta a un alto riesgo de extinción en estado salvaje.
- Casi amenazada (NT): Próxima a entrar en la categoría de amenazada en un futuro próximo.
- Preocupación menor (LC): La población es lo suficientemente estable como para que sea improbable que se extinga en un futuro próximo.
- Datos insuficientes (DD): No hay suficiente información sobre abundancia o distribución para estimar su riesgo de extinción.
- No evaluada (NE): La mayoría de las especies aún no han sido evaluadas.

¿Cuántas especies están al borde de la extinción?
De las especies evaluadas en la Lista Roja, más de 42.100 están amenazadas de extinción.
Si analizamos los distintos grupos de seres vivos, los anfibios son el grupo más amenazado (el 41% de las especies se han clasificado en las categorías con riesgo de extinción).
Además, el 37% de los tiburones y rayas, el 34% de las coníferas (pinos, etc.), el 36% de los arrecifes de coral, el 28% de los crustáceos, el 27% de los mamíferos, el 21% de los reptiles y el 13% de las aves están actualmente en los grupos amenazados.
Teniendo en cuenta el elevado número de especies que aún no se conocen o no se han evaluado, se calcula que cerca de un millón de especies están actualmente al borde de la extinción.


¿Qué es el Índice de la LIsta Roja?
Con el tiempo, las especies pueden moverse dentro de las categorías de la Lista Roja. Para comprobar su estado de conservación, se recomiendan reevaluaciones al menos cada 10 años. Estos estudios pueden hacerse por especies o por grupos de especies, para lo cual se desarrolló el Índice de la Lista Roja. Las más vitales para reevaluar periódicamente son las categorías amenazadas (CR, EN, VU) para valorar si su estado ha mejorado o retrocedido.
La Lista Roja actúa como detector de casos urgentes. Identifica las especies al borde de la extinción para priorizar acciones de conservación y evitar su desaparición total. El objetivo final es conseguir que el mayor número posible de especies salga de las categorías amenazadas para garantizar la salud de la biodiversidad del planeta.


Ejemplos de especies extintas
Por desgracia, las medidas de conservación no siempre llegan a tiempo. El resultado es la extinción de especies de incalculable valor para la biodiversidad y el equilibrio ecológico.
Pez espátula chino
El pez espátula chino (Psephurus gladius), uno de los peces de agua dulce más grandes del mundo, se declaró extinto en 2022. Este pez piscívoro vivía en el curso del río Yangtsé (China) y podía medir hasta 7 metros y pesar 300 kg. Era una especie anádroma, que significa que emigraba río arriba para reproducirse.
Las principales razones del declive de su población fueron la sobrepesca y la degradación de su hábitat. La construcción de una presa en el curso medio del río Yangtsé en la década de 1980 bloqueó la ruta reproductiva, impidiendo a los peces adultos desplazarse río arriba para desovar. Estaba clasificada en las categorías de especies amenazadas de la UICN desde 1990. El último ejemplar fue visto en 2003.

Serreta de Auckland
La serreta de Auckland (Mergus australis) habitaba humedales y zonas marinas de Nueva Zelanda. Su declive se debió a una combinación de caza y depredación por especies introducidas (perros, gatos, cerdos, ratas). No volaba, lo que la hacía más vulnerable. Se descubrió en 1840. El último ejemplar se registró en 1902.

Alca gigante
El alca gigante (Pinguinus impennis) era un ave no voladora que podía llegar a medir 80 cm de altura y alcanzar 5 kg de peso. Se distribuía antiguamente por todo el Atlántico Norte, hasta su desaparición a mediados del siglo XIX. Era frecuente ver grupos de esta especie en Canadá, Groenlandia y las costas europeas (Irlanda, Reino Unido, Islandia, Islas Feroe).
Su extinción se debió a la presión de la caza, especialmente por sus plumas, que se utilizaban para fabricar almohadas. Además, sus huevos, carne, grasa y aceite eran productos muy apreciados. Entre los siglos XVI y XVIII, varios países establecieron leyes estrictas para la protección de la gran alca, y su matanza quedó totalmente prohibida. Aun así, su población ya había disminuido enormemente, y la caza furtiva seguía siendo una realidad.
La última colonia de alcas vivió en Islandia, en una roca volcánica rodeada de acantilados que la hacían inaccesible. Tras una erupción volcánica en 1830, las aves tuvieron que trasladarse a otro lugar, donde pocos años después fueron descubiertas y desaparecieron por completo.

Ostrero unicolor canario
El ostrero unicolor canario (Haematopus meadewaldoi) era un ave endémica de Fuerteventura, Lanzarote y sus islotes costeros en las Islas Canarias. Se cree que se extinguió en la década de 1940.
Su declive se debió probablemente a la sobreexplotación de invertebrados intermareales (su principal fuente de alimento), las perturbaciones causadas por el ser humano y la depredación por animales domésticos. Se caracterizaba por el intenso color rojo de sus patas.

El estado de los océanos
Los océanos del mundo se enfrentan a importantes amenazas desde hace varias décadas. Algunas de las más impactantes son la sobrepesca, la degradación de los hábitats, los vertidos de aguas residuales y plásticos, el desarrollo industrial y la contaminación por dióxido de carbono.
Estos fenómenos han degradado la vida marina, afectando a la salud de los ecosistemas y a su biodiversidad. En la actualidad, el aumento de las temperaturas provocado por el cambio climático se ha catalogado como la principal amenaza para la vida oceánica.
Se prevé que el impacto del cambio climático afectará gravemente al 60% de la biodiversidad marina de aquí a 2050.
Los ecosistemas marinos están muy poco cubiertos en la Lista Roja de la UICN: menos del 15% de las especies han sido evaluadas. Algunos grupos taxonómicos marinos de peces, invertebrados, plantas (manglares y praderas marinas) y algas se han identificado como prioritarios para tener una idea más global del estado de los océanos del planeta.
Hasta 2023, se han evaluado casi 18.000 especies marinas utilizando la Lista Roja de la UICN. De ellas, 1.555 especies se encuentran en las categorías amenazadas. Nada más y nada menos que 276 especies (1,5%) se han clasificado En Peligro Crítico (CR), 395 (2,2%) como En Peligro (EN) y 884 (4,9%) como Vulnerables (VU).
Es importante recordar que éstas son sólo las especies de las que se dispone de información suficiente para su evaluación, probablemente un pequeño número en comparación con las que realmente existen en los océanos del mundo.


La gran nacra del Mediterráneo
A algunas especies se les acaba el tiempo. La gran nacra del Mediterráneo (Pinna nobilis) está actualmente gravemente amenazada, catalogada en peligro crítico por la UICN. Es uno de los bivalvos vivos más grandes del mundo, una especie endémica y emblemática del mar Mediterráneo.
Desempeña un papel ecológico clave filtrando el agua y reteniendo grandes cantidades de detritos (materia orgánica en suspensión) contribuyendo a la claridad del agua. Desde 2016 ha sufrido brotes masivos de mortalidad debido a un patógeno (Haplosporidium pinnae), un protozoo que ataca su sistema digestivo causándole la muerte.
Este patógeno se extendió rápidamente por todo el Mediterráneo causando tasas de mortalidad del 80-100% en muchas regiones. En la actualidad, sólo se conocen unas pocas poblaciones que permanecen libres de su presencia. Estas se encuentran geográficamente aisladas y situadas en lugares con condiciones ambientales muy específicas. Pinna nobilis ha sido clasificada como especie de interés comunitario que requiere una protección estricta por la Directiva Europea sobre Hábitats (92/43/CEE).

Medidas de conservación de la vida marina
Es urgente y necesario adoptar medidas de conservación para proteger la vida marina, a fin de garantizar la buena salud de los océanos y del resto del planeta. Para ello, la comunidad científica recomienda las siguientes medidas:
– El establecimiento de Áreas Marinas Protegidas más eficientes.
– La eliminación de la pesca ilegal y no regulada de especies acuáticas.
– Una reducción significativa de las emisiones de dióxido de carbono.
Ejemplos exitosos de conservación de especies amenazadas
¡También hay buenas noticias! Algunas especies que antes estaban al borde de la extinción han mejorado notablemente su estado de conservación gracias a la aplicación con éxito de proyectos y medidas de restauración.
La mejora de sus hábitats, la eliminación de amenazas y especies invasoras o la reintroducción de ejemplares han permitido aumentar el tamaño de sus poblaciones y reducir su riesgo de extinción. Los siguientes son algunos ejemplos alentadores de que la conservación realmente funciona, si se hace correctamente.
Raya grande
La Raya grande (Dipturus laevis) es una raya marina nativa de las costas orientales de Estados Unidos y Canadá. Debido a las capturas accidentales por la pesca de arrastre, su estado de conservación se definió como Vulnerable (VU) en 2000 y En Peligro (EN) en 2003. Sin embargo, el número de individuos ha aumentado gracias a la vigilancia y a la reducción de este tipo de pesca. Actualmente, está clasificada como Preocupación Menor (LC).

Panda gigante
El Panda gigante (Ailuropoda melanoleuca), originario del continente asiático, ha sido clasificado recientemente como Vulnerable (VU). Pueden parecer malas noticias, y en cierto modo lo son, pero en realidad su estado de conservación ha mejorado considerablemente.
El panda gigante estuvo catalogado como especie En Peligro (EN) durante más de 20 años, enfrentando un riesgo muy alto de extinción. En la actualidad, hay unos 500-1000 individuos maduros y el tamaño de su población sigue aumentando. Esto ha sido posible gracias a los eficaces programas de protección y reforestación llevados a cabo en China. Sin embargo, es esencial mantener estas medidas de conservación, ya que se prevé que el cambio climático influirá mucho en la destrucción de su hábitat natural. No se conoce todavía cómo esto podrá afectar a la población actual.

Lobo fino de Juan Fernández
El Lobo fino de Juan Fernández (Arctocephalus philippii) es endémico de las costas del oeste de Sudamérica. Casi toda su población habita en tres islas del archipiélago Juan Fernández (Chile), de ahí deriva su nombre.
Hasta finales del siglo XIX, fue cazado hasta el borde de la extinción por sus pieles. En 1891, la población de esta especie se estimó en unos 300-400 ejemplares. Debido a eso y a que no se observaban nuevos individuos, la especie se dio por extinta hasta mediados del siglo XX. Sin embargo, años más tarde se empezaron a avistar nuevos ejemplares. En 1965 se prohibió oficialmente su caza. Además, en 1978 se le otorgó el estatus de protección total en Chile, lo que permitió su increíble recuperación.
Hoy en día, ya no se considera una especie en peligro, estando clasificada como de Preocupación Menor (LC). Se estima que hay un total de 16.000 individuos maduros, con una tendencia poblacional creciente. Además, algunos estudios indican que el área de distribución geográfica actual del lobo fino de Juan Fernández es ya similar a la anterior a su explotación.

Ballena jorobada
¿Quién no conoce a esta magnífica ballena que vive en casi todos los océanos del mundo?. La explotación a gran escala de la Ballena jorobada (Megaptera novaeangliae) provocó una rápida disminución del tamaño de su población, lo que la situó en la categoría de especies amenazadas durante muchas décadas.
Su caza se prohibió en 1968, con la adopción de importantes medidas de protección a nivel internacional. A pesar de haber quedado gravemente reducida a una población mundial de unos pocos miles de ejemplares en aquella época, las ballenas jorobadas se han recuperado con fuerza hasta alcanzar una población estimada de 84.000 animales maduros, y sigue aumentando.
Las ballenas jorobadas gozan de medidas de protección adicionales, como santuarios en varios países. La especie también figura en acuerdos mundiales de conservación. Su última evaluación (2018) la clasificó como de Preocupación Menor (LC).

Hoy en día, estas especies están fuera de peligro de extinción gracias a las medidas de conservación aplicadas. Sin embargo, debemos ser prudentes, porque su situación podría volver a cambiar en el futuro. Por eso son tan importantes las reevaluaciones. En ellas se pueden detectar nuevas amenazas, analizar los efectos a largo plazo de las medidas de conservación aplicadas, de fenómenos naturales que hayan podido ocurrir en ese periodo o de cualquier otro factor que haya podido cambiar su situación.
Queda camino por recorrer… El ejemplo del pudú
El pudú (Pudu puda) es un ciervo endémico de Sudamérica, habita principalmente en Chile y Argentina. Es el más pequeño de la familia de los cérvidos, alcanzando como máximo 40 cm de altura.

Hasta 1996, no se tuvieron datos suficientes para su evaluación, pero es probable que haya experimentado importantes descensos a lo largo de la historia. Casi la mitad de los bosques nativos de la eco región de Valdivia (Chile) se perdieron entre 1550 y 2007. Esta zona comprende la mayor parte de la distribución del pudú. Desde su primera evaluación, se posicionó durante 20 años como especie amenazada.
La principal razón actual del descenso de su población son los ataques por animales domésticos (perros principalmente) y, en menor medida, por su depredador natural, el puma. Además, la caza furtiva del pudú sigue existiendo en algunas zonas.

Actualmente se ha catalogado como casi amenazado (NT), consiguiendo reducir su peligro de extinción en el futuro próximo. La creación de grandes áreas protegidas públicas y privadas ha ayudado al pudú a recuperar su población. Está considerada como “especie de valor especial” en Argentina, donde también se prohibió totalmente su caza.
En Chile, el pudú es un objetivo prioritario de conservación en la Reserva Costera Valdiviana, donde se realizan monitoreos de individuos, y se promueve un mejor cuidado de los animales domésticos, manejo de ganado y restauración de bosques.

Además, la sociedad es cada vez más consciente de la necesidad de proteger esta emblemática especie. Aun así, queda mucho por hacer. Todavía no se sabe con certeza cuantos organismos existen en cada una de las regiones, y qué número conforma la población total de pudúes. Se requiere más investigación que ayude a conocer y proteger mejor esta y otras especies en todo el mundo.

¿Qué puedes hacer tú para ayudar?
Ayudar a las especies amenazadas y en peligro de extinción a recuperarse es un esfuerzo y una responsabilidad colectiva. Por eso, tú puedes marcar la diferencia. Aquí tienes algunas formas de ayudar:
- Infórmate sobre las especies amenazadas de tu zona y las amenazas a las que se enfrentan. Intenta no contribuir con ellas.
- También sobre las especies amenazadas en el resto del mundo. El planeta es un inmenso ecosistema donde todo está conectado, el equilibrio ecológico depende de ello.
- Observa la fauna salvaje de forma responsable y sin causar daños.
- Toma decisiones de consumo informadas sobre actividades de observación de fauna (safaris, avistamiento de mamíferos marinos, etc.). Realiza solo actividades que garanticen el respeto hacia los animales.
- Contempla la vida marina desde una distancia segura.
- Busca un proyecto de conservación de hábitats y especies en tu zona y participa en proyectos de restauración. Un hábitat seguro y sano es lo más importante para la protección y conservación de las especies.
- Cuando vayas a la naturaleza, no dejes basura. Deposítala en lugares destinados para eso.
- No compres objetos fabricados a partir de una especie amenazada o en peligro de extinción (artesanía, conchas, objetos decorativos, joyas, etc.)
- Informa si ves alguna especie invasora en tu zona a cualquier autoridad, como ayuntamientos, ONG o universidades.
- No utilices productos testeados en animales.
- Reduce la cantidad de contaminación que generas y participa en eventos de limpieza de costas.
- Planta árboles autóctonos de tu zona.
- Haz un uso responsable del agua y la electricidad.
- Rechaza, reduce, reutiliza y recicla.
- Mantente informada y corre la voz. El Día de las Especies Amenazadas es una gran oportunidad para difundir el mensaje y pasar a la acción.
Referencias:
- Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) (https://www.iucnredlist.org/es/).
- UICN, S. S. C. (2001). Categorías y Criterios de la Lista Roja de la UICN: versión 3.1. Preparada por la Comisión de Supervivencia de Especies. Disponible en: https://portals.iucn.org/library/node/7977.
- Directrices de uso de las Categorías y Criterios de la Lista Roja de la UICN. (2022). Versión 15.1. Preparado por la Comisión de Normas y Peticiones de la UICN. Disponible en: https://www.iucnredlist.org/es/resources/redlistguidelines.
- Coalición de Especies Amenazadas (https://www.endangered.org/campaigns/endangered-species-day/).
- Swan, K. D., McPherson, J. M., Seddon, P. J., & Moehrenschlager, A. (2016). Managing marine biodiversity: the rising diversity and prevalence of marine conservation translocations. Conservation Letters, 9(4), 239-251.
- Vught, I., De Charleroy, D., Van Liefferinge, C., Coenen, E., & Coeck, J. (2011). Conservation of bullhead Cottus perifretum in the Demer River (Belgium) basin using re‐introduction. Journal of Applied Ichthyology, 27, 60-65.
- Cheung, W. W., Lam, V. W., Sarmiento, J. L., Kearney, K., Watson, R., & Pauly, D. (2009). Projecting global marine biodiversity impacts under climate change scenarios. Fish and fisheries, 10(3), 235-251.
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Foto de portada: pingüino africano (Spheniscus demersus), actualmente en peligro de extinción. Foto: peakpx.